La impulsividad se refiere a la tendencia a actuar rápidamente sin pensar en las consecuencias. La agresión puede ser una manifestación de esta impulsividad, incluyendo comportamientos físicos o verbales que buscan dañar a otros. Estos comportamientos pueden ser perjudiciales para la persona y su entorno, y a menudo están relacionados con problemas de control de impulsos y regulación emocional.

Síntomas:
Los síntomas pueden incluir dificultad para pensar antes de actuar, reacciones exageradas a situaciones estresantes, ira desproporcionada, hostilidad, comportamientos destructivos, entre otros.
Signos de alarma:
- Comportamientos agresivos que ponen en peligro la seguridad de uno mismo o de los demás.
- Dificultades para controlar la ira o la impulsividad.
- Impacto negativo en las relaciones interpersonales y en el bienestar emocional de la persona y de los demás.
- Necesidad de intervención profesional para aprender estrategias de manejo de la ira y la impulsividad.